El cuidado de su visión comienza con unos exámenes oculares completos. Estos exámenes oculares totales son mucho más que una simple prueba de visión. Es un chequeo exhaustivo de sus ojos. Muchas enfermedades, por falta del cuidado de los ojos, se pueden desarrollar durante largos periodos de tiempo, sin síntomas, y pueden dañar su visión de forma irreversible. La mejor manera de detectar estas enfermedades al principio de su desarrollo, son los exámenes oculares programados con regularidad, para controlar estas enfermedades antes de que se conviertan en problemas más graves. La mayor parte de los adultos deberían realizarse un examen ocular completo cada año o cada dos años.
A los niños se les debería realizar exámenes oculares completos de forma regular a medida que crecen, con el fin de detectar y tratar enfermedades oculares que puedan afectar su rendimiento escolar. A los bebés se les debería realizar su primer examen ocular exhaustivo a los seis meses, y exámenes posteriores, según se lo indique su oftalmólogo. Aquellos pacientes que tengan un riesgo más elevado de desarrollar determinadas enfermedades como diabetes o un historial familiar de glaucoma, y todos aquellos cuya edad supere los cuarenta años, deberían realizarse exámenes con mayor frecuencia, siguiendo las recomendaciones de su oftalmólogo. Recuerde que el cuidado de su vista comienza con unos exámenes oculares completos. Son la mejor forma de detectar enfermedades incipientes y tratarlas antes de que se conviertan en problemas más graves.
Si usted tiene un problema visual, ante todo hay que saber si este problema obedece a un error refractivo o a una condición médica subyacente. La mayoría de los casos de visión borrosa se deben a errores de refracción que alteran la forma en que los rayos de luz se enfocan dentro del ojo. Si el problema obedece a un error de refracción, el oculista debe medir la alteración y restablecer el enfoque correcto de luz, corrigiendo así el problema.
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