El principal afectado por el glaucoma es el nervio óptico: El grado de atrofia que puede causar el glaucoma es el nervio puede ser agudo o crónico, siendo éste último el más grave, ya que causa ceguera. El glaucoma es peligroso debido a que se desarrolla sin síntomas que puedan ser percibidos por la persona afectada, hasta que su desarrollo es incurable e irreversible: En el mundo desarrollado, la mitad de las personas afectadas por este mal ignoran que lo tienen, y en países en vía de desarrollo la cifra es aún más severa: el 90 por ciento.
A continuación, unas claves para que conozca mejor esta enfermedad:
Los médicos griegos de la antigüedad denominaron así a este mal, al observar que algunos ciegos tenían un color gris verdoso en las pupilas, que en griego se llama “glaucos”. De allí se deriva el término ´glaucoma´.
Las fibras nerviosas de la retina que llevan la información visual a la corteza cerebral, se juntan para conformar el nervio óptico; Este es el `cable´ que conecta al ojo con el cerebro, en donde percibimos las sensaciones visuales.
La causa principal es la alta presión intraocular. Ocurre cuando el sistema de drenaje del ojo se tapa impidiendo la salida de fluido. Esto aumenta la presión dentro del ojo, por lo tanto esto es lo que causa, progresivamente, el daño del nervio óptico.
La mayoría de las casos son de origen genético, pero también se presenta a causa de enfermedades de los ojos, diabetes, uso de corticoides y traumatismos.
Son tres grupos principales: Los glaucomas primarios, los secundarios y los glaucomas congénitos y de la infancia; De éstos últimos un signo importante serían los ojos muy grandes en los niños afectados.
Porque las personas afectadas pierden primero su campo visual periférico, pero ven con claridad en el área central. Con frecuencia sólo llegan a darse cuenta de que algo anda mal cuando la nitidez de la visión(agudeza visual) disminuye. Para ese momento el glaucoma ya está muy avanzado.
De éste mal sólo los glaucomas agudos producen síntomas claros que son: Dolor, enrojecimiento y disminución súbita y severa de la visión. Los crónicos, que son la mayoría, suelen ser asintomáticos: Una persona puede estar a portas de la ceguera sin notar alteraciones en su visión.
Detectado el problema, la primera línea de acción puede ser el uso de medicamentos, la mayoría en colirios. Si el tratamiento es insuficiente, se recurre a procedimientos de láser o a cirugía: La idea es establecer nuevas rutas para el líquido intraocular. Hoy todos los tratamientos buscan reducir la presión intraocular.
Cuando se detecta a tiempo se puede prevenir o controlar la progresión del daño, y, por lo tanto, la ceguera. Por esto es vital la consulta médica con el oftalmólogo, y más si se tiene alguno de los factores de riesgo. Es importante no automedicarse, pues algunos colirios con corticoides pueden empeorar la situación.
Las personas con antecedente familiar de glaucoma tienen un riesgo más alto de desarrollarlo, también la población latina y de raza negra: Es más frecuente en mayores de 40 años, de igual modo en miopes, diabéticos y personas que usan corticoides por largos periodos.
ORTIZ, GABRIEL ENRIQUE. MD Oftalmólogo, Jefe de la unidad de oftalmología de la Universidad Nacional y supra especialista en Opticlínicas Tunja. Para El Tiempo, Miércoles 23 de Marzo de 2011.
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