La córnea es la superficie transparente que cubre la superficie del ojo: Está formada por millones de fibras unidas entre sí para mantener su forma. El queratocono es una enfermedad que degenera la córnea, volviéndola más fina, deshaciendo estas fibras y cambiando su forma (de redonda a cónica). Como la córnea es el principal lente usado para enfocar las imágenes en la retina, las imágenes reflejadas en ella no serán nítidas y la persona no podrá ver con claridad: Se recomienda consultar a un oftalmólogo lo más pronto posible para tratar esta enfermedad: Los pacientes que la sufren son cortos de vista y desarrollan un astigmatismo que no se puede tratar con anteojos. Sin embargo, existen varios tratamientos para frenar la expansión del queratocono en sus etapas iniciales y evitar la necesidad de hacer un trasplante de córnea:
Se administra riboflavina en la superficie de la córnea hasta saturarse y luego se irradia con luz Ultravioleta. Con esto la córnea se fortalece y evita la aparición futura de queratocono y otras enfermedades similares en ella, aunque no puede mejorar deformaciones que están presentes antes del tratamiento. Diversos estudios han demostrado que esta detección temprana ayuda a evitar la necesidad de trasplantes futuros de córnea: Incluso, en la mayoría de pacientes no es necesario acudir a más de una sesión de crosslinking.
Son segmentos circulares o semicirculares de material acrílico que se implantan en la córnea. Una vez adentro, su función es estabilizar la superficie de la córnea, frenar el crecimiento del queratocono y así corregir parcial o totalmente el astigmatismo causado por ésta enfermedad, logrando una mejoría en la vista y, en consecuencia, la calidad de vida del paciente.
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Queratocono.